Deprime las declaraciones absurdas que hacen después de cada encuentro. Deprime que le echen la culpa al mal estado del campo de juego. Deprime las excusas increíbles que dan para justificar lo injustificable. En cualquier lugar del mundo si usted no rinde en su trabajo lo echan. En el fútbol esto no suceden, no pasa. Se puede ir todos, menos ellos, quienes son los máximos responsables de esta triste realidad que están escribiendo domingo a domingo Gimnasia y Tiro y Juventud Antoniana.
Deprime ver dos equipos sin una identidad futbolística, sin un estilo de juego. Deprime enterarse de la plata que dilapida todos los meses el Gobierno provincial para dos planteles que abochornan y se burlan de los hinchas que pagan sus entradas. Deprime que no haya una autocrítica seria por parte de los jugadores, de los dirigentes, de los entrenadores. Deprime que no tengan los cojones suficientes para enfrentar la adversidad. Deprime cómo echan a la gente de las canchas con actuaciones que rayan el ridículo. Deprime que se hagan expulsar por una estupidez, por falta de profesionalismo. Deprime que dilapiden un ascenso directo a la B Nacional. Deprime que estos jugadores manchen la historia de dos grandes como son Juventud Antoniana y Gimnasia y Tiro. Deprime que Alberto Pascutti y Salvador Ragusa en una rueda no encuentren las soluciones. El fútbol salteño es humillado y degradado todos los domingo por dos planteles que deprimen a todos. Hoy estos dos equipos no merecen que se derrame ni una sola lágrima por parte del hincha auténtico que es capaz de dejar todo para sufrir por esos colores.
Fuente : Diario El Tribuno